Fragmento del libro “De nuevo tus ojos”
“A veces me dejas... Me dejas de pronto un tiempo vacío que se incrusta enorme, inundándome el pecho. Tiempo de angustia y tiempo de miedo. Migajas de esperanza flotando en la nada. Me dejas tan sola que suelo sentir que el llanto es muy poco para conseguir que con él se alejen todas esas penas que se arraigan necias en el corazón. Me dejas tan sola que extrañar tus ojos se vuelve dolor. Me ahogo pensando que en ese momento no los miro yo, que ríes, que juegas. Que tal vez disfrutas de otros momentos, que no estas conmigo, que la vida misma te arrastra a otro lado distante al mío. Sabes que te amo y creo que a veces me amas también, pero entre la muerte y saber que puedes quedarte algún día sin volver a mi, prefiero perderme en medio de un sueño del que no quisiera regresar jamás. Un sueño infinito del que nunca vuelva, un sueño que alivie mi cuerpo que enferma cuando has de mentir, mi cuerpo liviano que no tiene fuerzas para soportar toda la tristeza de saber que es fácil volverte de espaldas y avanzar despacio dejándome atrás.
No se como puedes olvidar tan pronto cuando se fusionaron mi alma y tu piel. No sé cómo puedes seguir con tu vida si, en cambio, la mía queda suspendida sobre los abismos que amenazan negros con no verte mas. A veces yo grito, callada y perdida, a veces la carne me quema, pensando en el ser que amo, en cada rincón de ese cuerpo tibio, en el pelo suave de ese hombre sensible, de espíritu grande, de riqueza oculta que a veces el mismo la quiere esconder y a veces me muero, rasgándome el alma, dejando que sangre, pero de repente llegas a mi lado y puedo vivir.
Me dejas tan sola, tan triste y perdida que, aunque se que te amo, ¡a veces yo dudo que me ames también!..”
María Dolores Cabrera.
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